Conversando con Checo Cruz acerca de su vida y el programa Oportunidades
Nuestra visita fue con el propósito de conocerla y conversar sobre el programa Oportunidades, del cual ella es beneficiaria. Nosotros (Sergio Cruz y yo) estamos colaborando en un estudio de diagnóstico sobre este programa para el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Occidente) del cual junto con Alejandra Navarro y otros investigadores estamos participando para cubrir la región norte y fronteriza del país.
Checo (Sergio Cruz) hace las entrevistas a profundidad, mientras yo tomo fotografías. Nuestro trabajo está enfocado con dos familias que habitan en la Colonia 89 en la ciudad de Ensenada.
Checo (Sergio Cruz) hace las entrevistas a profundidad, mientras yo tomo fotografías. Nuestro trabajo está enfocado con dos familias que habitan en la Colonia 89 en la ciudad de Ensenada.
Alejandra tarda alrededor de dos horas para hacer una hamaca. Le dan un dólar por hamaca aunque se venden en alrededor de 200 pesos cada una.
Ella teje rápidamente, el palo de madera entra y sale de los hilos que sus hijas le ayudan a desenredar.
Alejandra, su hija menor le ayuda a ir desenredando los hilos
Ella teje rápidamente, el palo de madera entra y sale de los hilos que sus hijas le ayudan a desenredar.
Alejandra, su hija menor le ayuda a ir desenredando los hilos
La señora Alejandra en el patio de su casa
La vista desde su casa, las casas al fondo tienen poco de haber sido construidas. Antes de eso habían puros espacios abiertos.
La vista desde su casa, las casas al fondo tienen poco de haber sido construidas. Antes de eso habían puros espacios abiertos.
Su sobrino al frente sosteniéndose de uno de los palos que utilizan para tejer hamacas, detrás _ quien es _. Al fondo Verónica y Alejandra conversando.
Su sobrino afuera de su casa. La cual está construida a base de láminas de madera.
Mi visita
Primero que nada, me sorprendió la cercanía de este lugar, a diferencia de lo que había escuchado, esta colonia me pareció mucho más cercana de lo que imaginaba; manejé alrededor de 5-7 minutos por el libramiento y ya habíamos llegado. La mayoría de las calles estaban pavimentadas, "es aquí" me dijo Checo.
De un bulevar por el que se desprenden sinuosas y empinadas calles, bajamos hacía la izquierda. Nos estacionamos y preguntamos a una de las vecinas por la señora Alejandra. ¿Cómo se apellida? nos respondió, no sé, pero es la esposa del señor Pedro, dijo Checo. Es en la siguiente calle.
Con una actitud tímida nos abrió la puerta de madera la señora Alejandra, quien al principio parecía no entender el motivo de nuestra visita. Después de una breve explicación ella nos dejó pasar. En el cuarto de alrededor de 8 por 8 metros, había una cama con alguien tapado durmiendo, una estufa con algunas tortillas, utensilios de cocina y ella se encontraba tejiendo una hamaca con la ayuda de dos palos instalados en el centro del cuarto. Su hija menor, Alejandra, le ayudaba a desenredar hilos de un gran recipiente de plástico.
Checo comenzó a hacerle preguntas acerca de su familia, su marido, el trabajo y el programa Oportunidades. Yo le pedí permiso para tomar fotografías y ella accedió. Estuvimos alrededor de una hora adentro de su casa, conversando, ella contestaba todas las preguntas que Checo le hacía, mientras yo intervenía algunas veces pero principalmente tomaba fotografías y le ayudaba a su hija Alejandra a desenredar hilos.
Por unos momentos, me enseñó cómo tejer la hamaca y se reía de mis fallidos intentos. Le comenté que yo hacía joyería y me dijo que algunas cuñadas y vecinas también hacían pero que ella no creía poder hacer.
Nos dirigimos al patio en el que se encontraban su hermano, su cuñado y su sobrino. Había dos gallinas y un gallo las cuales se convertirían en su alimento en un futuro. Ropa limpia colgaba del tendedero y los comienzos de una hamaca tejida se sostenían entre otros dos palos.
Ahí conocí a Feliciano, su hijo mayor. El estudia en la misma universidad que yo (Universidad Autónoma de Baja California; UABC), va en cuarto semestre de la licenciatura en Derecho. Me comentó que los fines de semana trabaja vendiendo hamacas en la calle primera, también vende joyería con baño de plata, porque no alcanza para vender joyería de pura plata. Va a la escuela en el turno vespertino y no suele salir de fiesta.
Reflexiones y comentarios personales
Cuando Checo me invitó a participar en este proyecto, realmente no sabía qué esperar. Poco sabía acerca del programa Oportunidades, y con poco orgullo admito que, poco sabía también acerca de la colonia 89 de mi ciudad, Ensenada.
Recuerdo vagamente el haber ido alguna vez hace muchos años y varias amigas me habían platicado anécdotas de visitas a la colonia con el objetivo de vender ropa que ya no usaban. Me habían dicho que vendían la ropa a 1 peso la pieza, y que en ocasiones los compradores (al parecer habitantes de la colonia) ofrecían menores cantidades (50 centavos) por pieza.
La naturalidad de los pisos de tierra, sin pavimento, la música y las pausadas pero interesantes conversaciones me remitieron a otras experiencias en pequeños pueblos. Respirando un aire diferente, a un ritmo diferente. Y todo esto en mi ciudad, Ensenada.
La mayoría de los comentarios que había escuchado de esta colonia, se referían a ella como un lugar muy peligroso y pobre. Recuerdo haber leído algunas notas en el periódico que hablaban sobre delitos, pobreza y carencia de servicios.
Pero la 89 no parecía ser ese lugar del que tanto había escuchado. Fue una sorpresa encontrarme con un lugar tranquilo y en el que la música no deja de sonar. Son muchísimas las carencias, pero -al menos en mi experiencia- es nula la agresividad, de la que tanto había escuchado. Esa agresividad que probablemente surgiera a partir de ver las injusticias, el desperdicio, el despilfarro de algunos frente a quien no tiene ni agua ni luz, quien comparte dos cuartos para 6 personas. Pero no, todo lo contrario. La amabilidad sorprende y hasta incomoda, ¿Es así de generosa la persona que todo lo tiene?
Mi visita
Primero que nada, me sorprendió la cercanía de este lugar, a diferencia de lo que había escuchado, esta colonia me pareció mucho más cercana de lo que imaginaba; manejé alrededor de 5-7 minutos por el libramiento y ya habíamos llegado. La mayoría de las calles estaban pavimentadas, "es aquí" me dijo Checo.
De un bulevar por el que se desprenden sinuosas y empinadas calles, bajamos hacía la izquierda. Nos estacionamos y preguntamos a una de las vecinas por la señora Alejandra. ¿Cómo se apellida? nos respondió, no sé, pero es la esposa del señor Pedro, dijo Checo. Es en la siguiente calle.
Con una actitud tímida nos abrió la puerta de madera la señora Alejandra, quien al principio parecía no entender el motivo de nuestra visita. Después de una breve explicación ella nos dejó pasar. En el cuarto de alrededor de 8 por 8 metros, había una cama con alguien tapado durmiendo, una estufa con algunas tortillas, utensilios de cocina y ella se encontraba tejiendo una hamaca con la ayuda de dos palos instalados en el centro del cuarto. Su hija menor, Alejandra, le ayudaba a desenredar hilos de un gran recipiente de plástico.
Checo comenzó a hacerle preguntas acerca de su familia, su marido, el trabajo y el programa Oportunidades. Yo le pedí permiso para tomar fotografías y ella accedió. Estuvimos alrededor de una hora adentro de su casa, conversando, ella contestaba todas las preguntas que Checo le hacía, mientras yo intervenía algunas veces pero principalmente tomaba fotografías y le ayudaba a su hija Alejandra a desenredar hilos.
Por unos momentos, me enseñó cómo tejer la hamaca y se reía de mis fallidos intentos. Le comenté que yo hacía joyería y me dijo que algunas cuñadas y vecinas también hacían pero que ella no creía poder hacer.
Nos dirigimos al patio en el que se encontraban su hermano, su cuñado y su sobrino. Había dos gallinas y un gallo las cuales se convertirían en su alimento en un futuro. Ropa limpia colgaba del tendedero y los comienzos de una hamaca tejida se sostenían entre otros dos palos.
Ahí conocí a Feliciano, su hijo mayor. El estudia en la misma universidad que yo (Universidad Autónoma de Baja California; UABC), va en cuarto semestre de la licenciatura en Derecho. Me comentó que los fines de semana trabaja vendiendo hamacas en la calle primera, también vende joyería con baño de plata, porque no alcanza para vender joyería de pura plata. Va a la escuela en el turno vespertino y no suele salir de fiesta.
Reflexiones y comentarios personales
Cuando Checo me invitó a participar en este proyecto, realmente no sabía qué esperar. Poco sabía acerca del programa Oportunidades, y con poco orgullo admito que, poco sabía también acerca de la colonia 89 de mi ciudad, Ensenada.
Recuerdo vagamente el haber ido alguna vez hace muchos años y varias amigas me habían platicado anécdotas de visitas a la colonia con el objetivo de vender ropa que ya no usaban. Me habían dicho que vendían la ropa a 1 peso la pieza, y que en ocasiones los compradores (al parecer habitantes de la colonia) ofrecían menores cantidades (50 centavos) por pieza.
La naturalidad de los pisos de tierra, sin pavimento, la música y las pausadas pero interesantes conversaciones me remitieron a otras experiencias en pequeños pueblos. Respirando un aire diferente, a un ritmo diferente. Y todo esto en mi ciudad, Ensenada.
La mayoría de los comentarios que había escuchado de esta colonia, se referían a ella como un lugar muy peligroso y pobre. Recuerdo haber leído algunas notas en el periódico que hablaban sobre delitos, pobreza y carencia de servicios.
Pero la 89 no parecía ser ese lugar del que tanto había escuchado. Fue una sorpresa encontrarme con un lugar tranquilo y en el que la música no deja de sonar. Son muchísimas las carencias, pero -al menos en mi experiencia- es nula la agresividad, de la que tanto había escuchado. Esa agresividad que probablemente surgiera a partir de ver las injusticias, el desperdicio, el despilfarro de algunos frente a quien no tiene ni agua ni luz, quien comparte dos cuartos para 6 personas. Pero no, todo lo contrario. La amabilidad sorprende y hasta incomoda, ¿Es así de generosa la persona que todo lo tiene?
Hola!! Me gustaria poder utilizar tus fotos!!! Saludos
ReplyDelete